Salir bien en una fotografía no es ya primordial, siempre podemos editarla después y corregir nuestros supuestos «defectos». Todos sabemos lo que significa photoshopear, un palabro que no gusta nada a Adobe, extensible a cualquier programa o app con opciones de edición fotográfica. Fuera las arrugas y la celulitis y arriba los músculos y las curvas.
Y no, no es culpa de Photoshop, es de nosotros mismos, de nuestras inseguridades y complejos, es sabido que nuestra vida no es la que compartimos en las redes sociales, compartimos una versión muy mejorada de nosotros mismos y de nuestras vidas.
Para reflexionar sobre esta versión mejorada de nuestra imagen he publicado numerosos proyectos fotográficos en «La Leyenda de Caillou» que además de servir como terapia intentan desestigmatizar el cáncer mostrando la realidad de los cuerpos que lo sufren. Si os interesa el tema os recomiendo que descarguéis el ebook gratuito: Fotografía y cáncer
Hoy os dejo otros 3 proyectos que no están relacionados con el cáncer pero sí con esa obsesión de photoshopearnos para parecer lo que no somos.
1. La verdad desnuda
El fotógrafo Jose Tándem trabajó durante 1 año en esta serie de fotografías anónimas de mujeres que muestran su cuerpo sin ningún retoque.
El cuerpo puede ser nido, cárcel, equivocado, modificado, definido, abandonado, usado, nuevo, grueso, delgado… pero siempre un contenedor de emociones. Porque la verdad, cuando es verdad, está desnuda.
2. El troll de Photoshop James Fridman
A James Fridman le envían una imagen, normlamente un selfie, con algunas instrucciones para que él la photoshopee, ej: «quiero parecer más delgada, quiero unos pechos grandes…»
Tiene una ingente cantidad de seguidores en sus redes (Facebook, Twitter e Instagram). Su éxito no viene de ser un reputado artista digital y gurú de Photoshop, más bien en un troll con mucha guasa.
Este crack tiene salidas como esta
3. Hombres photoshopeados como sus ídolos
En un experimento de Buzzfeed 4 jóvenes anónimos eligieron 4 fotografías de supuestos hombres ideales como Justin Bieber o Cristiano Ronaldo.
En el estudio posaron para la sesión tras maquillaje, peluquería y demás. Finalmente el artista digital Evan Robert Trusewicz pasó el resultado por sus manos y Photoshop.
Lo mejor de todo es la reacción de estos 4 jóvenes anónimos, se dieron cuenta que ellos son lo que son e intentar emular esos ideales no les conduce a nada.
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