Lo que ven los ojos han sido objeto de estudio para ayudar a resolver crímenes. Por un lado veremos cómo cómo hoy en día es posible reconocer qué o quien sale en los ojos de un fotografiado y después haremos un repaso histórico a la optografía.
¿Quién sale en los ojos del fotografiado?
Rob Jenkins y Christie Kerr han realizado un experimento para demostrar que podemos ver lo que ve el fotografiado y reconocer a quienes estaba mirando en ese momento.
Con una cámara de 39 megapíxeles colocaron en una habitación a unos voluntarios fuera de foco en teoría porque quedarían recogidos en los ojos del fotografiado.
Como habéis visto en el vídeo en el ojo del sujeto fotografiado ( a ) ampliado con Photoshop se consigue reconocer al sujeto ( c )
“La pupila es como un espejo negro. Para mejorar la imagen tienes que ampliarla y ajustar el contraste. La imagen del rostro recuperada del reflejo en el ojo del sujeto es unas 30.000 veces más pequeña que su cara” según Jenkins
A pesar de la “mala” calidad del resultado el experimento venía a confirmar la capacidad que tenemos de reconocer rostros humanos, sírvase el famoso ejemplo.
Para su aplicación en la criminología sólo hace falta que el asesino inmortalice a su víctima con una buena cámara.
Fuente: PLOS ONE: Identifiable Images of Bystanders Extracted from Corneal Reflections
La optografía
A finales del S. XIX surgía la optografía:
“Estudio o descripción de las imágenes en la retina”
En aquellos años y durante el S. XX se pensaba que en las pupilas de los recién fallecidos quedaban grabadas las imágenes de lo último que habían visto.
Esto dio pie a buenos argumentos para novelas de ficción como “Los hermanos Kip” de Julio Verne, para que Scotland Yard lo utilizara como técnica forense para intentar capturar al mismísimo Jack el destripador y a guiones de películas y series como Dr. Who.
El primer optograma de la historia
El fisiólogo alemán Wilhelm Kühne se inspiró en el descubrimiento en la retina de las ranas Franz Boll de la rodopsina o púrpura visual, un pigmento fotosensible responsable de la visión en condiciones de baja luminosidad. Kühne pensó que lo podía utilizar para crear un negativo fotográfico en los ojos.
Su optograma más conocido es este del ojo de un conejo albino de 1878 donde se ve claramente una ventana con la que se estrelló.
Para conseguirlo cubrió la cabeza del inerte conejo unos minutos para que se acumulara la rodopsina en su retina, luego la descubrió 3 minutos para exponerla a la luz, lo decapitó y cortó su globo ocular en rodajas. La parte trasera del globo ocular la colocó en una solución de alumbre para fijar la rodopsina dando como resultado este optograma.
Optograma humano
Dos años después, en 1880, Kühne tuvo la oportunidad de probar su técnica en un ojo humano. Le enviaron los ojos de Gustav Reif, guillotinado por matar a sus hijos. Este primer optograma humano no mostró nada reconocible. Aunque su forma parecía recordar la hoja de la guillotina Reif había sido vendado antes de ejecutarle. El optograma original no se conserva, sólo el esbozo de la derecha de una de sus publicaciones.
Kühne reconoció la dificultad de los optogramas en humanos por el pequeño tamaño de su fóvea, el área de la retina donde se enfocan los rayos luminosos.
Fuente: Optography and optograms
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