Me ha llamado la atención el rostro de este hostelero argentino. Esta es la historia:
En la provincia de Gí¼emes dos carteles que publicitaban un bar han sido cubiertos por sendas bandas con el texto «Publicidad en infracción». La razón es que según la autoridad el diseño de cartel alude a Hitler y por tanto al nazismo, xenofobia y discriminación.
El acusado en un alarde de ingenio se defiende diciendo que el rostro que se podía ver en los carteles no era el de Hitler, sino que se trataba de una inocente versión moderna del humorista «Charles Chaplin». Juzguen ustedes mismos, yo lo tengo claro.
Nunca se me cruzó por la cabeza que fuera Charles Chaplin hasta que leí el post. Me parece que la publicidad ha sido muy mal lograda si eso era lo que querían transmitir.