Hasta hoy en mis Bios aparecía el siguiente texto:
Bloguero, diseñador y formador, no necesariamente en ese orden. Trabajo como autónomo desde comienzos de siglo aunque me gusta más aquello de freelance por lo del free (no confundir con gratis). Si necesitas servicios de diseño, formación o publicidad contáctame, estaré encantado de colaborar.
Hoy lo he cambiado:
Profesor en la Escuela de Arte y Diseño de Sevilla. Ex-freelance. Ex-diseñador web. Ex-perto en Lorem Ipsum.
Sin tenerlo planeado y después de muchos años cambio de perfil profesional y sobre todo de vida. Siempre defendí el freelancismo aunque de vez en cuando me quejara como cualquier otro de la falta de corporativismo, de la dejadez de los gobiernos para mejorar nuestras condiciones, de los clientes tóxicos… Pese a todo lo malo la libertad de la que he disfrutado todos estos años es impagable.
He podido disfrutar y mucho de toda la infancia de mis hijas. Ser dueño de tu tiempo será algo que eche mucho de menos. Esto obviamente es el recuerdo general, el puntual me estresa todavía:
- cuando el cliente exigía entregas para ayer,
- cuando no dabas con el punto y coma que te fastidiaba el script hasta las 5 de la mañana o cuando te lo llevabas contigo a la cama,
- cuando llegaban las vacas gordas y con ellas las sobrecargas, etc.
En todos esos momentos no eres dueño de tu tiempo ni de tu vida, eres un esclavo del trabajo. Afortunadamente a lo largo de los años aprendí a (y pude) decir no. Ese free(lance) intenté que consistiera en buscar la mejor calidad de vida para mí y para mi familia más que la posibilidad de no tener techo de ingresos.
Aún hoy me cuesta entender cómo algunos compañeros se sienten orgullosos de trabajar a destajo etiquetándose como #workaholic (trabajólico, ergómano, trabajoadicto o similar). Obsesión por el emprendedurismo cuando no se es más (ni menos) que un freelance. Publicaciones a veces adornadas con frases motivacionales que provocan vergüenza ajena. BTW, si de verdad tienes tanto curro dedícate a ello en vez de hacerte la fotito, buscar frases motivacionales y ponerte a responder los comentarios de tu séquito de ignorantes aduladores.
Claro que estos perfiles sociales están llenos de ego y después del post del workaholic llega el del selfie con gin-tonic. Creo humildemente que estas posturas ayudan poco al sector del autónomo. La imagen que se da es la que muchos clientes proyectan luego en sus demandas por ejemplo con llamadas a deshora porque se supone que trabajamos 24/7.
Mi horario y vacaciones han sido sagradas (y personales) aunque para ello haya tenido que bloquear algún cliente. No siempre es fácil obtener el respeto en una jungla donde el papel del freelance es el último de la cadena.
Todos estos pensamientos me acompañaron todos estos años pero nunca, nunca, pensé en abandonar. Las bondades del freelancismo superaban sus penurias. He tenido mucha suerte, nunca tuve que buscar los trabajos, gracias al boca a boca y a esta web me contactaron todos los clientes. He cobrado el 99,9% de las facturas que he emitido, el 75% en su fecha. He disfrutado de mi trabajo, he sido libre y feliz. Dejo el freelancismo con cierta pena, seguiré alentando a mis alumnos a que valoren esta opción laboral, al menos durante algún tiempo de su vida.
¿Entonces por qué leches lo dejo? Realmente todo ha sido un cúmulo de causalidades, como dice mi amigo José Carnero en esta charla TEDx.
«La historia de un cambio, de una transformación. De cómo convertir los por qués en para qués. Un reflexión sobre lo verdaderamente importante»
Alguien me dijo que iban a salir oposiciones, se podía hacer online, el temario y los ejercicios prácticos versaron sobre el trabajo que llevo haciendo años, los compañeros opositores pidieron otra provincia, aprobamos menos de los que plazas había por lo que a pesar de no tener puntos como interino cogí plaza… Todavía estoy digiriendo este proceso.
Hace mucho que leí que en los 40 era la edad en la que se conseguía la estabilidad laboral, en la que uno dejaba de dar tumbos. Yo tengo 45 y nuestra sociedad está estructurada para que trabajemos cada vez más años, con horario, nómina, jefes, si queremos disfrutar algo de nuestra vejez.
Como freelance siempre me he sentido fuera del sistema (no anti-sistema), me he sentido libre, no dando tumbos, las cuentas me han salido todos los años pero una espinita siempre he tenido ¿el año que viene tendré los mismos ingresos? ¿y dentro de 5? ¿y con 60 años estaré (se seguirán) haciendo webs? ¿podré jubilarme y disfrutar de mi jubilación?
A pesar de no haberme planteado nunca «formar parte del sistema» en estos Tiempos Modernos tengo una responsabilidad con mis hijas y de todas las opciones ser profesor de diseño no es un para mi un cambio, es una evolución. Ser profesor en la escuela pública supone una enorme tranquilidad, la espinita económica me la he sacado y además es algo que me encanta, que llevo mucho tiempo haciéndolo y que además puedo ejercer con cierta libertad.
Cuando me preguntan a qué me dedico antes decía más o menos «Bloguero, diseñador y profesor, no necesariamente en ese orden.» Ahora me cuesta decir «soy funcionario», igual que no me gustaba autónomo y decía freelance ahora me quedo con «profe de diseño» que lo soy desde hace mucho aunque a partir de ahora vaya el primero de la lista.
Familia, amigos y algunos buenos clientes ya lo sabíais, incluso lo hemos celebrado porque…
Hoy lo hago oficial en este blog y poco a poco iré cambiando los perfiles, webs, bios y demás.
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