No es lo mismo un «post vacacional» que un post post-vacacional. En estas fechas podemos hacer balance de nuestras vacaciones, y de nuestros post-vacacionales.
Hay quienes desconectaron y se despidieron y quienes hemos seguido publicando en agosto, algunos dejan en su post post-vacacional un resumen de los artículos más relevantes para sus lectores.
En Twitter podías ver cómo seguían surgiendo noticias, conversaciones, debates, eventos y sólo en los fines de semana se proclamaba un descanso «no oficial». Los viernes junto a las buenas noches se hablaba me voy a tal playa y los martes por la tarde me voy a la piscina. Los smartphones enviaban fotos envidiadas desde cualquier chiringuito superviviente.
La gran mentira post-vacacional
Los que no hemos desconectado imagino que más que sufrir síndrome post-vacacional tenemos la esperanza de que nos hemos librado de atascos, bullas, decepciones y calores varios, y que al posponer (no post-poner) las vacaciones a una época no estival, a una temporada baja, disfrutaremos mejor de ese engañoso descanso llamado vacaciones. Nuestro particular «viaje al futuro«.
Nos hacemos planes, pensamos que pronto llegará el momento de visitar un buscador de vuelos y elegir destino, si es que podemos «elegir» nuestro destino.
Sin pensar en precio y disponibilidad porque somos los únicos que viajamos en esa fecha. Luego vendrá el jefe y nos hablará del nuevo gran proyecto para el que somos imprescindibles, se pondrán malos los niños o si somos freelance nos saldrán todos los trabajos el día antes de irnos.
Los que no hemos desconectado por imposición ajena y somos tan estúpidos como para consolarnos con el dolor de otros, pensamos que el síndrome será especialmente agudo para los que sí hayan desconectado, los que hayan tenido un largo verano y ahora se encuentran con el buzón lleno, si son bloggers con cientos de comentarios que moderar, esperando que haya desaparecido IE6 y con el síndrome del hombre desactualizado.
En definitiva, espero que tu sí hayas disfrutado de tus vacaciones.
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